La primera vez que leí algo sobre The Artist pensé que era una broma. ¿Una película en blanco y negro (y, lo que es más, muda) en estos tiempos de supertecnología y furor por el 3D? Pero, por suerte para mí, no era una broma, sino un canto al séptimo arte como hacía tiempo no veía.
En un mundo tan sumamente masificado hay veces en que surgen personas con una visión distinta al estereotipo creado, que saben ver más allá y, de hecho, son capaces de llevarnos con ellos en su viaje a lugares que creíamos perdidos. Ésta es la imagen que tengo de Michel Hazanavicius, el director, que ha logrado transportar a los espectadores a una época pasada del cine.
Pero The Artist no es sólo una película muda en el siglo XXI, es sumergirse en ese mundo y verse transportada a los años 20 y 30 sin sentir el engaño. A ello contribuyen el diseño de vestuario, el guión y, por supuesto, la música, de la que tomamos mayor conciencia al carecer del resto de sonidos.
Grandes momentos y pequeños detalles pueblan la película, como el modo de trabajar en los estudios, la relación entre las estrellas y los productores, e incluso ese pequeño cartel, "Lonely star", que vemos a modo de sátira cruel cuando Georges Valentin sale de la casa de subastas. Todo se le perdona a esta obra maestra, incluso la taza que se convierte en servilleta en manos de Jean Dujardin en un cambio de escena.
Jean Dujardin... hablar de The Artist es hablar de este actor francés que da vida a Georges Valentin. A través de sus gestos, su forma de moverse, sus reacciones y relaciones con el resto del reparto, nos va guiando en la trama de la película y asistimos a la evolución del personaje de una manera nítida y directa. Es, sin duda, lo que más me ha sorprendido de la película, encontrar a este actor que puede transmitir sus sentimientos sin emitir sonido alguno (y que es, a mi juicio, ese valor tan grandioso que tienen las películas mudas). Todo en él hace pensar en los propios actores de los años 30, no sólo la perfecta caracterización y vestuario, sino incluso la complexión de Monsieur Dujardin parece ser la adecuada.
En definitiva, una película para sentir y disfrutar de la magia del cine.